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EL AMOR DE DIOS EN NOSOTROS Y DESDE NOSOTROS HACIA EL

La mayor historia de amor que jamás se ha escrito y la mas apasionante, es la que encontramos en la Biblia; la historia de amor entre Dios y nuestra alma.
Pero el hombre que no ha nacido de nuevo, no comprende el amor de Dios.
Por ello nuestro propósito ha de ser capacitarnos para que podamos amar con amor de Dios, haciendo uso de las herramientas que Dios nos da en Su Palabra, para que amemos con el amor del Espíritu.
DIFERENCIA ENTRE EL AMOR DE DIOS Y EL AMOR DEL HOMBRE
La diferencia entre el amor de Dios y el del hombre es que Dios ama a la humanidad entera, y no espera la recompensa, es decir no necesita ser amado antes, sino que ama por naturaleza, porque el poder de Su amor es mayor que todo sentimiento que conocemos, y su benignidad nos guía al arrepentimiento.
Dios sabe cual es el resultado del amor por los enemigos, lo ha visto en la Cruz, El sabe el resultado en nuestras almas para la eternidad y le ha merecido y le merece la pena la gran batalla por nosotros, por sus hijos. Un buen padre lucha por sus hijos en el mundo, ¿cómo no lucharía nuestro Padre por nosotros para la eternidad?
El amor de Dios es tan fuerte hacia nosotros que ha dado a Su Hijo Unigénito entregándole en la cruz para morir en nuestro lugar, por nuestro pecado o error debido a nuestra enemistad natural contra Dios, ...Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1Juan 2:17. Esa voluntad es que recibamos al Hijo como nuestro Salvador, porque
Él es el que bautiza con el Espíritu Santo.
El amor del hombre sin embargo está enfocado básicamente en dos cosas, primero en sus instintos animales, incluida la maternidad, y segundo, el amor del hombre natural le guía a buscar el disfrute egoísta de lo que tiene a su alcance, sin mirar al prójimo.
El hombre por lo tanto ama el dinero, el poder, el éxito ante los demás, busca ser reconocido, ser el líder, ganar en la competición a base de humillar y batir a su prójimo, y para ello mata y está matando diariamente, como vemos en las noticias de cada día.
El amor del hombre solo piensa en él mismo, es enemigo de Dios, es del diablo, ni siquiera mira a su Creador.
Debemos entender estos dos enfoques de este amor:
Primero, el amor de Dios en Su obra eterna en nosotros, y el amor de Dios cada día en nuestras vidas.
Segundo, nuestro amor hacia nuestro prójimo en cuanto a la eternidad y nuestro amor a nuestro prójimo diariamente. ...amad a vuestros enemigos..., ...porque si solo amáis a los que os aman, que mérito tenéis...Lucas 6:32.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3.
Además de lo que ha hecho por nosotros, Dios nos ama de tal manera que si andamos con Él en nuestro caminar diario, en nuestras vidas, si le preguntamos a Él en oración, no dejará de avisarnos, de guiarnos y de darnos señales o sueños para que confiemos en el en todo lo que emprendamos.
Esa compañía Suya es la que nos muestra cada día el amor que nos tiene.
Las cualidades del amor de Dios son infinitas, el amor de Dios procede de la esencia eterna y espiritual de la naturaleza divina; esta le confiere unas cualidades que por naturaleza no sentimos, pero que podemos comenzar a experimentar por el acercamiento de Dios a nosotros.
Al mismo tiempo, el amor de Dios ve mas allá de los límites de nuestro corazón, ve el resultado de Su obra en la dimensión eterna y es paciente, no se queda en el enojo, ni en la ira o en la venganza.
En definitiva tiene la mira puesta en lo espiritual.
Por ello Jesucristo nos libra, además de la muerte física en la resurrección, de la verdadera muerte, si creemos en Él, la muerte espiritual en la relación con Dios. ...18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Juan 3.
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 1Juan 3:16. Jesucristo es nuestro hermano.
La humanidad siempre se pregunta ¿Que es el amor? El amor es que Dios ha venido en la carne de Jesucristo, para dar su vida por nosotros, porque nos ama, para salvarnos y darnos vida eterna en Su Reino de bendición.
Y además de amar a Dios en Jesucristo, ¿Cómo se manifiesta el amor de Dios hacia nuestro prójimo? la respuesta en 1Juan 3: ...también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Es decir, que nuestras vidas han de estar dispuestas para llevar la carga espiritual de nuestros hermanos, para sobrellevarlas y aliviarlas y compartirlas, y esto se hace por medio de oración, en petición a Dios, pero también físicamente en las necesidades de la vida de cada día.
Dos formas de obrar por los hermanos: una es la ayuda material, las buenas obras, pero la mayor es semejante a lo que Dios hace por nosotros, poner nuestras vidas por los hermanos.

Una vez que hemos recibido a Dios, y conocemos bien a Jesucristo, nuestro corazón se hace sensible ante las necesidades y los problemas de nuestro prójimo y nuestros hermanos.
Y el principal mandamiento "ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo", que nos recuerda Jesucristo, es lo mismo que la conclusión sobre cuál es el fin de la Ley de Dios, por ello concuerda el mensaje y vemos a continuación cual es la ley de Cristo: ...sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo. Gálatas 6:2.
Por lo tanto tenemos dos maneras de amar al prójimo como Dios ama: una orar por nuestros hermanos y por los enemigos del Evangelio, y otra las buenas obras, pero...Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos... Juan 15:13.
COMO MOSTRAR A DIOS, NUESTRO AMOR DE DIOS,
HACIA ÉL Lo primero que debemos hacer es mostrarle al Señor es: que aceptando el Evangelio, recibiendo a su Hijo Jesucristo, aceptando su obra en la cruz para perdón de nuestros pecados y para resurrección, lleguemos a recibir un cambio de mente "arrepentimiento", naciendo de nuevo y pidiéndole el Espíritu Santo con el cual nos bautiza Jesucristo.
Lo segundo es estudiar la Biblia, con el fin de conocerle bien a Él, y para conocer al ser humano y poder amarle con sus errores de manera que nos conozcamos a nosotros mismos. Que nos capacite para predicar el Evangelio, convirtiéndonos en discípulos, no solamente en creyentes, cumpliendo sus mandamientos.
...Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Juan 15:9.
Finalmente poniendo nuestras vidas por Jesucristo al llevar Su yugo sobre nosotros y compartir la carga diaria de nacimiento y mantenimiento de los hijos de Dios en el mundo, hasta Su venida.
Pero hay dos cosas más con las que mostrarle a Dios nuestro amor de Dios:
La primera es que el Señor, estando aún en la tierra pidió a sus discípulos que en su memoria partieran el pan y tomaran el vino; la Santa Cena.
En ella se anuncian a los cielos, a la dimensión celestial donde está el Señor, los ángeles y potestades, que Jesucristo ha sido aceptado por nosotros, que damos gracias a Dios por tener ese pan que es Cristo y que al comerlo, comemos Su esencia y nos reconocemos parte de Su cuerpo, y ese vino que representa Su sangre, la cual nos ha limpiado de nuestra esencia enemiga de Dios, del pecado o error, nuestra vestidura delante del trono de la Gloria, por la cual tenemos entrada en el reino eterno de Jesucristo.
Y la segunda es la alabanza, porque en ella derramamos nuestro corazón delante de Dios, y le demostramos nuestra alegría y nuestro amor por haberle conocido y compartir con Él nuestras vidas, y ser librados por Él del mal, siendo nuestro Salvador y protector.
Y además el Señor nuestro DIOS se mueve en medio de la alabanza...Cantadle cántico nuevo... Salmo 33:3. Apocalipsis 14:3 y 14:7, Apocalipsis 15:3 y 4.
La Iglesia Puerta de Bendición a la cual pertenezco les desea, un FELIZ NUEVO AÑO, y que estas palabras la lleve a reflexión, que el propósito de DIOS sea en ti este año.

DIOS BENDIGA!
Mary Paula

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